jueves, 8 de abril de 2010

El agua como factor del desarrollo

¿Se puede concebir el desarrollo sin agua? ¿Será posible cambiar nuestra actitud derrochadora y depredadora del entorno antes de quedarnos sin agua? El agua es aun uno de los principales y más valiosos componentes del capital natural de Venezuela, pero en la actualidad sufrimos las consecuencias de un pasivo ambiental que se expresa en el deterioro de la calidad de las aguas y una seria disminución de la oferta natural del recurso en amplias zonas del país. El manejo de los recursos naturales y sus ecosistemas, especialmente nuestras cuencas hidrográficas, constituyen un problema aun no resuelto en los 50 años de democracia. Es imperativo que en nuestro país, así como en el resto de las economías desarrolladas, se valore la trascendencia que tiene para la sobrevivencia de las especies, la protección de los recursos y el medio ambiente. Para tomar decisiones adecuadas, con el fin de alcanzar metas de gestión integrada del agua, es necesario armonizar los intereses y la dinámica de las poblaciones con las condiciones y la dinámica propia del entorno donde habitan dichas poblaciones, en particular con relación a las cuencas hidrográficas y sistemas costeros. Dichas decisiones deben integrar conocimientos de las características del comportamiento humano con las características del ambiente donde habitan. Esta necesaria articulación aportada por las ciencias blandas (sociología, antropología, jurisprudencia, economía y política) con las ciencias duras (física, química, biología, ecología e ingeniería) para tomar decisiones, no ocurre en la práctica. La carencia de articulación, para combinar los aportes de ambos grupos de disciplinas y ciencias, es una de las causas de ingobernabilidad en materia de gestión integrada del agua. Las decisiones se toman usualmente en forma simplificada y parcial, con paradigmas preestablecidos, y en la mayoría de las veces ignorando el comportamiento del entorno natural donde se aplican tales decisiones. En Venezuela, seguimos utilizando nuestros cauces, cuencas y costas como basurero universal, vertiendo toda clase de residuos, y aunque es realmente notoria la capacidad del Orinoco y el Mar Caribe para absorber todo esto, se está llegando ¡al limite! Las descargas de aguas servidas en esos ecosistemas ocasionan problemas de carácter estético, presentan riesgos potenciales a la ecología y a la salud pública y algunas veces implican consecuencias económicas negativas al restringir la activad turística. La actividad humana es la principal responsable de la amenaza a la diversidad de la vida en las cuencas hidrográficas y vida marina. Otros factores que causan daños a los ecosistemas son las descargas de aguas servidas, tanto industriales como urbanas y agrícolas, aunados a la deforestación, la construcción y el desarrollo sin planificación. Tales reflexiones nos obligan a los líderes del Movimiento Ecológico de Venezuela (Movev) establecer en nuestra propuesta de gobernabilidad verde, temas como: el agua, los suelos, la basura y la contaminación en todas sus modalidades, para lo cual nuestros legisladores y concejales, deberán producir leyes y ordenanzas adaptadas a nuestra realidad, y desde los gobiernos municipales y del gobierno regional, produciremos políticas audaces para generar inversión foránea en dichas áreas, destinando un importante porcentaje del presupuesto ordinario del estado en educación ciudadana, con el fin de crear una cultura conservacionista. La cultura es la forma como se expresa el ser humano en sus relaciones sociales y espirituales con el entorno. Es la forma como el ser humano se relaciona con el mundo y puede tomar decisiones para mejorar su calidad de vida.

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