jueves, 8 de abril de 2010

Ecología Política y Desarrollo

Desde 1972 cuando por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas se celebró en Estocolmo la Conferencia Internacional sobre el Hombre y su Medio Ambiente, se perfiló lo que debía ser el eco-desarrollo fundamentado sobre la utilización racional de los recursos humanos y naturales a escala local, nacional y mundial. Más allá de las decisiones de los gobiernos, los representantes de muchas ONG’s, en su mayoría jóvenes, afirmaron su voluntad de trabajar bajo el slogan de que se tiene una sola tierra y así nació la ecología política. En Estocolmo la conciencia planetaria tuvo dos direcciones: la de los científicos y los expertos y la de los ciudadanos para participar frente al peligro de un desarrollo destructor de las plantas, los animales y el hombre. Este nuevo movimiento social cuestionó radicalmente el modelo económico y social de la industrialización y comenzó el camino político en muchos países con la constitución de partidos verdes o ecologistas entre ellos los Grünen de Alemania y los Verts en Francia. La inclusión del medio ambiente entró igualmente en la agenda política de los movimientos sociales con posicionamiento en los electorados locales y nacionales. Todos parten del concepto de repensar la civilización y reorientar el desarrollo especialmente cuando vivimos la época de los más grandes logros científicos pero también de la mayor desestabilización de las condiciones de la vida y el despilfarro de los recursos comunes del planeta. La ecología ha llegado a ser política con pensamiento y programas nuevos dentro de un contrato social en permanente alianza con la naturaleza. En el ámbito latinoamericano la preocupación por el medio ambiente, no sólo tiene que ver por la protección sino también que al ser una región con grandes necesidades económicas y sociales que requiere de un modelo de desarrollo que permita el crecimiento económico, por eso, se inscribe en un concepto más amplio denominado desarrollo sostenible. Venezuela y Portuguesa no escapan de la realidad global, y desde el encuentro armonioso de muchas ONG’s ecologistas, hemos emprendido el camino de la lucha política, con el más sano interés de construir una tercera vía que nos permita salir en forma pacífica y constitucional de la terrible y absurda polarización a las que nos han conducido los políticos tradicionales, por sus ambiciones desmedidas de perpetuarse en el poder algunos y otros por volver a controlarlo, sin tener nada que ofrecernos. Ante tal realidad no podíamos ser indiferentes, sino que la coyuntura histórica por la que atravesamos nos convoca a ser protagonistas de primer orden, en el proceso de relanzar a nuestro país hacia el verdadero desarrollo que otros países con menos recursos que nosotros han alcanzado. Tenemos la firme determinación de aportar nuestra visión de país en el diseño de políticas públicas que nos permitan combatir hasta erradicar el principal flagelo que nos tiene atascado en el subdesarrollo, la pobreza. Para lo cual debemos producir las leyes necesarias que generen confianza a los inversionistas locales y foráneos, para potenciar nuestro aparato productivo, a partir del impulso a la agricultura, la ganadería, el turismo y el mejoramiento de los servicios básicos, esenciales para un desarrollo sustentable y sostenible, en armonía con la naturaleza. De esa manera garantizaremos la siembra del petróleo.

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