viernes, 23 de abril de 2010

REPORTE VERDE


En el mes mundial de la Tierra

Movimiento Ecológico de Venezuela
cumplió exitosa agenda en el día mundial de La Tierra

Con una agenda extraordinaria el Movimiento Ecológico de Venezuela celebró exitosamente el Día Mundial de La Tierra. La misma se inició el miércoles 21, a las 10:00 de la mañana con una Rueda de Prensa ofrecida por cuatro Diputados de la Asamblea Nacional (Pastora Medina-Bolívar; Luís Díaz-Monagas; José Regnault-Sucre y Tomas Sánchez-Yaracuy) quienes decidieron adherirse públicamente al Movimiento y conformar la Fracción Parlamentaria del partido en la Asamblea Nacional, que ahora tiene cinco Diputados, incluyendo al Presidente de la organización, Diputado Pedro Bastidas.

Inmediatamente después, una comisión de la Dirección Nacional del Movimiento Ecológico de Venezuela, encabezada por nuestro Director General Nacional, Dr. Manuel Díaz, acompañado por el Presidente de la organización, Diputado Pedro Bastidas y de los Directores Nacionales Lic. Juan Eliécer Ramírez y el Dr. Argenis Ecarri y los cuatro Diputados recién incorporados, se reunió con parte de la dirigencia del Partido Alianza Popular, incluyendo a uno de los hijos del Dr. Oswaldo Álvarez Paz, preso político del régimen desde hace un mes por opinar distinto al gobierno, a quienes les expresamos nuestra solidaridad y disposición a acompañarles en este difícil momento que vive dicha organización y la familia del Dr. Álvarez Paz.

Luego fuimos invitados a la reunión semanal que realiza todos los miércoles el Polo Constitucional, bajo la conducción del Dr. Herman Escarrá, la cual contó con la presencia de destacadas figuras del mundo militar, profesional y político del país, quienes le dieron al Movimiento Ecológico de Venezuela la más cordial bienvenida al trabajo conjunto por el rescate de la democracia, la libertad y la paz ciudadana. Reconociendo nuestra oportuna presencia en el escenario político venezolano, en momentos en que la mayoría de los ciudadanos expresa su descontento tanto con el gobierno ineficiente y corrupto del Tcnel. Hugo Chávez Frías, así como con la oposición timorata que aferrada a la llamada mesa de la unidad, está dando un triste espectáculo de lucha de intereses particulares, que desdicen mucho del liderazgo político nacional.

A las 2:30 de la tarde el Dr. Nelson Troconis Parilli, Coordinador del Movimiento Ecológico de Venezuela en el estado Trujillo y Asesor Jurídico Nacional y el Lic. Juan Eliécer Ramírez, miembro fundador y Director Nacional de la organización, fueron entrevistados en el Programa “Brújula Internacional”, que conduce el Dr. Julio César Pineda, en el Canal Globovisión, en virtud de la efemérides del Día Mundial de La Tierra y de la introducción del Amparo Constitucional ante el Tribunal Supremo de Justicia, ante el incumplimiento del estado venezolano del derecho a la educación ambiental obligatoria, tanto formal como informal, en el sistema educativo de nuestro país.

Simultáneamente otra comisión de la Dirección Nacional, encabezada por los Diputados Pedro Bastidas, Dr. Manuel Díaz, Dr. Pedro Díaz Blue, se reunieron con la Dirección Nacional del Partido Patria Para Todos, en la continuación del proceso abierto de conversaciones que la organización sostiene con todos los sectores del país, iniciado con las reuniones realizadas con Leopoldo López y la dirigencia del Movimiento Social “Voluntad Popular”, con el Gobernador del estado Lara, Henry Falcón y que continuará hasta encontrar la verdadera integración de ideas, planes y proyectos y la auténtica unidad de propósitos de la mayoría de los venezolanos, para salir de la pesadilla revolucionaria.

El jueves 22, Día Mundial de La Tierra, una representación de la Dirección Nacional del Movimiento Ecológico de Venezuela, encabezada por el Dr. Manuel Díaz, Director General Nacional; el Lic. Juan Eliécer Ramírez, Director Nacional y Presidente de la Asociación Civil “Brújula Ecológica”; el Dr. Nelson Troconis Parilli, Coordinador Regional en el estado Trujillo y Asesor Jurídico Nacional; la Dra. Mercedes Diez de Arconada, y la Diputada Pastora Medina, acompañados de los Coordinadores del Movimiento en los estados Portuguesa, Anzoátegui, Carabobo, Monagas, Bolívar, Trujillo, Miranda y Distrito Capital, así como por miembros de la sociedad civil organizada, hicimos entrega formal al Tribunal Supremo de Justicia del Amparo Constitucional, en demanda al estado venezolano del cumplimiento a lo establecido en el artículo 107 de la C.R.B.V. Constituyendo este hecho un hito en la historia republicana de Venezuela, quedando obligado el TSJ a dar oportuna respuesta a este petitorio de la sociedad venezolano, que anhela sea cubierto este vació jurídico por omisión del propio Estado. Quedando abierta la posibilidad de que cada venezolano o venezolana de buena voluntad, individualmente o de manera organizada, pueda adherirse a esta trascendental exigencia macro social.

Luego de tan importante e histórico acontecimiento, se realizó de manera informal en las adyacencias del TSJ, una nutrida reunión a la que se sumaron los Diputados Pedro Bastidas, Luís Díaz, José Regnault y Tomás Sánchez, en la que todos compartimos el éxito de esta jornada histórica y ratificamos el compromiso de seguir transitando el camino de convertir al Movimiento Ecológico de Venezuela en la reserva moral y política, para rescatar la democracia, la libertad y la paz social, hoy casi extinguidas, por el empeño del gobierno de intentar implantar el modelo Castro-Comunista en nuestro país.

A las 2:30 de la tarde, el Lic. Marcial Barrios, Jefe de Medios del Movimiento Ecológico de Venezuela y de la Red Verde, fue el invitado al programa “Brújula Internacional”.

Elaborado por. Juan Eliécer Ramírez
http://juanelieceramirez.blogspot.com
http://brujula_ecologica.blogspot.com

martes, 13 de abril de 2010

Tensiones y límites actuales en la ciudadanía ambiental


La situación actual es compleja y contradictoria, ya que se cristalizaron muchas reformas de mercado, pero a la vez la demanda por otra ciudadanía fue uno de sus campos de resistencia. En un importante número de países, las movilizaciones populares y transformaciones políticas desembocaron en gobiernos que se definen de izquierda o progresistas (Brasil, Chile, Ecuador, Nicaragua, Uruguay y Venezuela). En algunos de ellos, los partidos políticos envueltos en estas transformaciones ofrecían discursos electorales con una fuerte invocación a la temática ambiental (como fue el caso del Partido de los Trabajadores (PT) con Lula da Silva en Brasil, o Alianza País con Rafael Correa en Ecuador), de donde se esperaba un fuerte compromiso con la ciudadanía ambiental.
Sin embargo, eso no ocurrió. –En Venezuela es más que evidente-. Buena parte de los nuevos gobiernos –supuestamente progresistas- mantienen los mismos estilos de desarrollo basados en la apropiación de recursos naturales, de alto impacto ambiental y bajo una perspectiva económica clásica. Se mantuvo, y en algunos casos se profundizó, la extracción de recursos naturales para volcarlos a las exportaciones bajo la dependencia de la inversión extranjera.
–Recordemos el hallazgo gasífero en el estado Portuguesa- ¿Quién ganó? La Repsol, por supuesto, cuyos capitales en las bolsas son aun mayores, y algunos altos funcionarios de cuello rojo. ¿Quiénes perdieron? Los portugueseños, “ahora” más pobres que antes del hallazgo. Sólo una muestra para ilustrar el tema en cuestión.
Esos énfasis hacen que en muchos casos los gobiernos ignoren las demandas ciudadanas por los impactos ambientales de esos emprendimientos o de flujo del capital, y que incluso lleguen a enfrentar la protesta social. No se atienden los reclamos ciudadanos ya que la imposición de mayores condicionalidades ambientales, seguramente impediría el arribo de nuevos capitales o anularía algunos flujos exportadores todo lo cual se considera indispensable para las economías nacionales. Los derechos ciudadanos quedan supeditados al capital, y persisten las limitaciones sobre las evaluaciones y controles ambientales.
Algunos gobiernos -incluso el nuestro- caen en paradojas donde no se aseguran los derechos de las comunidades locales, pero por el contrario protegen activamente los “derechos de propiedad” y “derechos de inversión” de corporaciones transnacionales y empresas locales, las que en muchos casos están detrás de esos impactos.
Es así que la ciudadanía de baja intensidad o limitada se mantiene, aunque claramente el contenido de los problemas no es idéntico a lo observado en la década de 1990. Bajo esas restricciones y tensiones, la puerta de escape ha sido enfocar la ciudadanía ambiental hacia cuestiones menos controvertidas, que no implican cambios sobre la esencia de las estrategias de desarrollo, sino sobre aspectos secundarios como sucede con algunas campañas de educación ambiental, responsabilidad empresarial, o marketing verde.
De allí la urgencia de que líderes con sensibilidad ambiental y visión ecológica asuman con el respaldo de la sociedad, la conducción de los espacios donde se toman las decisiones, para poder generar sin demora el anhelado desarrollo sustentable.

jueves, 8 de abril de 2010

¿Creamos o destruimos?


La humanidad se debate entre dos únicas opciones: la transformación individual y colectiva o la autodestrucción definitiva de todo cuanto nos rodea. Como seres humanos, creados a la imagen de Dios, tenemos un lugar privilegiado en la historia de la tierra, planeta maravilloso que nos cobija y del que nos aprestamos a celebrar su día mundial. Debemos reconocer que nuestra especie y generación tiene la posibilidad de elegir libremente entre su destrucción total o la creación de un nuevo orden de vida sostenible. ¿Crees que el socialismo del siglo XXI, el comunismo, el capitalismo o el neoliberalismo constituyen modelos acertados para construir el nuevo orden? ¿Qué tal una tercera vía? ¿El ecologismo por ejemplo? Desde 1972 cuando por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas se celebró en Estocolmo la Conferencia Internacional sobre el Hombre y su Medio Ambiente, se perfiló lo que debía ser el eco-desarrollo fundamentado sobre la utilización racional de los recursos humanos y naturales a escala local, nacional y mundial. Más allá de las decisiones de los gobiernos, los representantes de muchas ONG’s, en su mayoría jóvenes, afirmaron su voluntad de trabajar bajo el slogan de que se tiene una sola tierra y así nació la ecología política. Todos comparten la idea de repensar la civilización y reorientar el desarrollo especialmente cuando vivimos la época de los más grandes logros científicos pero también de la mayor desestabilización de las condiciones de la vida y el despilfarro de los recursos comunes del planeta. La ecología ha llegado a ser política con pensamiento y programas nuevos dentro de un contrato social en permanente alianza con la naturaleza. Aplicada al hombre, la ecología se vuelve el estudio de la relación entre la humanidad y su ambiente, o sea la manera cómo la primera transforma al segundo y éste permite a la primera sobrevivir. El ambiente de los hombres no es simplemente la naturaleza salvaje, sino que incluye también la naturaleza transformada por su actividad. La ecología política es, entonces, el análisis de la interacción compleja entre el medio ambiente y el funcionamiento económico, social y político de las comunidades humanas. Tomando en serio los desequilibrios ecológicos generados por la actividad humana, la ecología política es llevada a cuestionar la modernidad y a desarrollar un análisis crítico del funcionamiento de nuestras sociedades industriales. ¿Cómo reorientar nuestro desarrollo para hacerlo sustentable? Economizando el factor Tierra, dando prioridad a las tecnologías que economicen energía y sean más respetuosas del medio ambiente. Establecer nuevas regulaciones añadiendo a la protección social la protección del medio ambiente. Las herramientas existen, desde los medios reglamentarios (leyes y normas), medios económicos (eco impuestos, permisos negociables) pasando por los acuerdos de auto limitación y los códigos de buena conducta. ¿Cómo hacer que las fuerzas sociales y políticas tomen en cuenta lo sustentable? A través de un intenso debate ideológico y cultural dirigido a modificar la percepción de los riesgos y de las ventajas, hacer progresar los valores y las normas de la ecología. Más allá de la política y sus contenidos, es lo político, su campo y sus métodos lo que hay que reconstruir. ¿Qué diferencias existen entre un líder político convencional y un líder ecologista? El líder ecologista está más comprometido con la persona que con un determinado lineamiento político, es por ello que su compromiso va más allá de la consolidación de la ideología en sí. El líder ecologista intenta comprender el contexto de la necesidad del “mejor vivir”, que la mayoría de las veces son el origen de los problemas sociales de la comunidad. El líder ecologista considera cada contacto con su vecino como la ocasión ideal para aplicar medidas de educación ambiental. El líder ecologista considera al conjunto de vecinos como una población vital y así se compromete constantemente en mantener la excelencia ambiental en su comunidad. El líder ecologista se considera así mismo como parte de la red comunal. El líder ecologista es un gestor de recursos. El Movimiento Ecológico de Venezuela es una inmensa oferta de contenidos nuevos, o más bien un gran llamado a ocuparse del contenido. Fija objetivos, redefine medios y estrategias, cosas que parecían haber desaparecido de la "política", reducida a la competencia por el poder entre hombres y partidos intercambiables y "alternantes".

Ciudades sustentables


Un aspecto que reviste particular interés en los proyectos para alcanzar el rango de ciudades sustentables es la gestión de residuos, la cual deberá orientarse por los conceptos de la producción más limpia. Consecuentemente, se buscará en primer lugar la minimización de los residuos que van a disposición final, y en segundo término la disposición adecuada de aquellos desechos que necesariamente se van a producir en la operación o tratamiento de los mismos. Deberán planificarse muy bien las estrategias a implementarse a lo largo de la cadena de gestión para lograr los objetivos planteados. He aquí algunas directrices básicas que deberán seguirse durante el desarrollo del proyecto: a) Especificar y definir el tipo de residuos que serán considerados en la primera etapa de ejecución del proyecto, susceptibles de controlar y tratar, en condiciones técnicas y económicas aceptables para la ciudad. Previendo el proceso necesario de educación y adecuación ciudadana al nuevo concepto de ciudad sustentable. b) El mejoramiento de la calidad durante el manejo y el concepto de disposición final adecuada, obligan a asumir una actitud consciente de eliminación o reducción de residuos y a que haya en la fuente principal de almacenamiento (el hogar), la debida separación de los diferentes tipos de residuos, previamente acordados. c) Las prácticas del reciclaje y la recuperación deberán implementarse cuando se tengan las condiciones necesarias para su desarrollo, como son: la existencia de un mercado cierto para los materiales reciclados y el compromiso de una empresa operadora de reconocida experiencia en el área. d) La disposición adecuada implica: 1.- Idealmente que todos los residuos generados deben salir de cada centro de acopio comunal técnicamente clasificado y dispuesto de tal manera que se facilite su recolección por parte de la empresa operadora. 2.- Necesariamente deben colocarse y evacuarse del sitio los residuos en las fechas previamente acordadas. 3.- Tanto en el hogar como en las escuelas deben realizarse prácticas de reciclaje a objeto de establecer los hábitos en los niñ@s, adolescentes y jóvenes. Cuando se agotan las posibilidades de minimización, quedan residuos que deben disponerse con el fin de completar la cadena de gestión. La condición es que la disposición sea ambientalmente adecuada, es decir que considere los riesgos tanto para el ambiente como para la salud y la seguridad, lo cual supone que el proceso de toma de decisiones debe tener en cuenta las características de los materiales y las del medio donde se va a desarrollar. Los siguientes criterios deben tenerse en cuenta para el análisis de alternativas: a) La disposición debe ser considerada como una función que requiere tecnología, inversiones y que además genera responsabilidades. b) El encargado de la ejecución del proyecto de disposición de residuos deberá prever los sitios para establecer nuevas instalaciones en virtud del crecimiento demográfico. c) Se privilegiarán, en lo posible, las técnicas que lleven a la destrucción del residuo o material peligroso o al cambio de sus características. Dentro de éstas se encuentran la incineración y los tratamientos químicos o biológicos. d) La selección de los métodos de disposición debe considerar las normas ambientales y la opinión de las comunidades. Con tales premisas en mente el Movimiento Ecológico de Venezuela (Movev) se propone abordar sin complejos pero con políticas adecuadas el problema de la basura, que en todas nuestras ciudades se ha vuelto crónico, generando caos, insalubridad, improvisación y corrupción. Ayúdanos a construir ciudades sustentables. Elige líderes ambientalistas para conducir tu estado y municipio. Elige al Movev como tu opción para que gane Venezuela.

Cambio climático o la amarga herencia del desarrollo


Las principales preguntas que los científicos intentan responder acerca del llamado calentamiento global pueden resumirse en las siguientes: ¿Se encuentra el planeta en una fase de calentamiento global? De ser así, ¿cuáles son sus causas? ¿Cómo afecta y afectaría el clima en la Tierra? ¿Los efectos de la actividad humana son una de las causas principales? ¿Podrían existir otras causas? ¿Cuáles serían los efectos sobre el clima en el futuro? ¿Qué grado de probabilidad tienen de ser ciertas las predicciones en caso de estar en marcha un cambio climático por el calentamiento global? Estas interrogantes no son fáciles de responder con absoluta certeza. Pero es posible afirmar que está prácticamente demostrado, que la atmósfera terrestre ha sufrido cambios en su composición en forma notoria, desde la Revolución Industrial hasta la fecha. En las últimas décadas esta transformación se ha incrementado aún más. Y como la atmósfera es la que regula el clima en su interrelación e interacción con la corteza terrestre y la hidrosfera, no es entonces infundado afirmar que el clima terrestre está cambiando y que en el futuro podría cambiar aún más, de no poder controlarse o mitigarse las causas. "Predecir es muy difícil, sobre todo cuando se trata del futuro" dice un proverbio chino. Y éste es el dilema en el que se encuentran actualmente los científicos respecto de los efectos del calentamiento global sobre el clima en el futuro. Para realizar las predicciones sobre el futuro del clima terrestre, se valen de los llamados modelos. Un modelo es una simplificación que imita los fenómenos del mundo real, de modo que se puedan comprender las situaciones complejas y podamos hacer predicciones. El desarrollo de las computadoras ha hecho posible manejar una gran cantidad de datos y por eso ahora se usan, cada vez más, modelos computacionales, en los que con programas especializados se imita el funcionamiento de sistemas complejos. Este tipo de modelos son los más perfeccionados y han permitido simular relativamente bien, procesos muy complicados como el funcionamiento de la atmósfera o las fluctuaciones de las poblaciones de peces, entre otros muchos. Gracias a ellos se han logrado grandes avances como, por ejemplo, predicciones fiables del clima. Un buen modelo permite predecir situaciones futuras porque como imita la realidad da la posibilidad de adelantarse al presente y situarse en lo que vendrá. Otra ventaja de los modelos es que permiten hacer "experimentos" que nunca serían posibles en la realidad. Por ejemplo, si se dispone de un buen modelo del funcionamiento de la atmósfera se podrá predecir que pasaría si se aumenta la concentración de un gas, por ejemplo del CO2, y ver como variará la temperatura. La limitación obvia es que un modelo imita, pero no es, la realidad. Por muy bueno que sea siempre está lejos de la complejidad del proceso natural. El clima es un conjunto de variables que se encuentran interrelacionadas entre si, pero que son sumamente numerosas y complejas. Gracias a los supercomputadores estos nuevos modelos son capaces de procesar cascadas de datos que proceden de una, cada vez más amplia, red de satélites y estaciones de control remoto. Pueden modelar la atmósfera del mundo con un sorprendente nivel de detalle. Pero una cosa es predecir que mañana va a llover y otra saber si habrá muchas más sequías dentro de 50 años. Además cuando cambia la atmósfera cambian también otras cosas como los océanos y la delgada capa de vida verde de la superficie del planeta. Plenamente justificado la realización del Seminario Internacional sobre Cambio Climático y Gobernabilidad Verde, programados para el 7 y 8 de noviembre, en Caracas y Valencia respectivamente, que servirá como plataforma de lanzamiento del Movimiento Ecologista Venezolano (MOVEV), el cual está llamado a convertirse en la tercera vía para salir pacíficamente de la actual crisis política y de gobernabilidad por la que atravesamos.

Agro ecología y desarrollo sustentable


Nuestra legítima aspiración es poder desarrollar “Núcleos de Desarrollo Sustentables”, utilizando para ello todos los adelantos técnicos que sobre instalaciones y manejo de los rubros agrícola, pecuario, avícola y piscícola, se tienen en la actualidad, con el objeto de lograr la mayor productividad posible, que a su vez nos permita impulsar un proceso serio y sostenido de industrialización de todos nuestros productos y sus derivados, cubriendo gran parte la altísima demanda del mercado, tanto interno como externo. Todo ello sin alterar el ecosistema y sin producir efectos contaminantes al medio ambiente ya que implementaremos mecanismos para evitarlos.
Estableceremos instalaciones proyectadas como centros de acopio, almacenamiento, procesamiento industrial, comercialización y mercadeo, la posibilidad de generar miles de empleos productivos y permanentes, a los componentes de las familias portugueseñas a quienes se les proveerá de una vivienda digna y productiva, lo cual generará sin duda alguna un gran impacto positivo, en el sentido de que incidirá notablemente en la disminución de la elevada tasa de desempleo imperante en la región, así como la disminución del altísimo déficit de viviendas en nuestra entidad y por ende la dinamización del aparato productivo regional y nacional.
No podemos esperar a que los expertos se pongan de acuerdo para definir el desarrollo sostenible o a que las naciones latinoamericanas se comprometan a implementar estrategias idóneas. Enfrentar las contradicciones ecológicas de los sistemas productivos es una necesidad impostergable.
Los avances en nuestra visión del desarrollo sostenible, marchan paralelos a la creciente receptividad que recibimos en el proceso de construcción del Movimiento Ecológico de Venezuela (Movev), que desde su oportuno lanzamiento el pasado mes de agosto, como el Partido Verde venezolano, asume un compromiso solemne y esencial con las presentes y futuras generaciones de compatriotas, que a gritos le exigen al nuevo liderazgo que emerge, enfrentar los retos de la supervivencia de la humanidad con visión, inteligencia y tenacidad, trascendiendo el modelo cupular, clientelar y autoritario de la partidocracia imperante por uno que garantice la más amplia participación ciudadana en el perfeccionamiento de la democracia o en la invención de un nuevo paradigma, más avanzado y más humano.
Los venezolanos hemos demostrado tener muy corta memoria histórica y escaso sentido de pertenencia, valores que debemos rescatar, para no seguir siendo víctimas, de falsos mesías y de los cogollos partidistas, que solo nos han conducido a la oprobiosa dependencia exclusiva del petróleo, dando como resultado gobiernos populistas, clientelares y corruptos, que lejos de planificar la siembra del mismo, tal como lo aconsejó en vida el doctor Arturo Uslar Pietri, han dilapidado inmensas riquezas durante los últimos 50 años, tiempo en que nuestro país ha permanecido estancado respecto de otros países, que aun con menos potencialidades que las nuestras, hoy nos superan en desarrollo y hasta nos proveen los alimentos que consumimos.
Nuestro Programa Ecológico para el Desarrollo Integral Sustentable del estado Portuguesa, presentado junto a nuestra postulación ante el CNE, contempla como cuarto punto en la agenda, la producción de materia prima y su conversión en alimentos nutritivos y balanceados, hasta garantizar nuestro autoabastecimiento alimentario.

Venezuela ante el reto del cambio climático


La Asociación Civil “Brújula Ecológica”, organización eminentemente social, sin fines de lucro, aliada del Movimiento Ecológico de Venezuela, primer y único partido ambiental en nuestro país, exhorta al gobierno del Presidente Hugo Chávez, a reconocer oficialmente que los gases de efecto invernadero suponen una seria amenaza para la salud de los venezolanos, así como para los demás seres humanos y para la estabilidad del planeta, y a dar un vuelco en su inexistente política ecológica desde Miraflores. Como uno de los países productores de materia prima fósil para generar energías contaminantes, el gobierno venezolano debe acometer acciones concretas, a fin de imponer límites a la contaminación en el proceso de extracción de dicha materia prima llamada hidrocarburos (petróleo y gas). Estas medidas, que deberían haberse tomado mucho antes, servirán para afrontar el desafío de la contaminación de los gases de efecto invernadero y debe aprovecharse el momento para acometer cambios en aras de una energía limpia en el mundo. Hoy observamos con vergüenza el incumplimiento de las proféticas palabras del Dr. Arturo Uslar Pietri, quien exhortó a la clase política de su tiempo a “sembrar el petróleo”, para diversificar nuestra deprimida y dependiente economía. El hecho de que casi todos los gobiernos del planeta, han acometido políticas oportunas y aprobado normas ejecutivas para proteger a la población y al medio ambiente, determinan los efectos perniciosos de la contaminación, supone que la Administración del Presidente Chávez debe tomar medidas en contra del calentamiento global, acogiéndose entre otras cosas al fondo que desde hace cierto tiempo están generando los países mas industrializados del planeta, en virtud de los daños causados por éstos a la capa de ozono, denominados “bonos de carbono”, y que muy hábilmente vienen utilizando países vecinos, para acometer proyectos de envergadura, en aras de minimizar la emisión de gases de efecto invernadero, y enrumbarnos por el derrotero del desarrollo sustentable, que a todas luces, es más trascendente y humano que empeñarnos en establecer un modelo ya agotado en el tiempo y por sus resultados, como el socialismo del siglo XXI. El Movimiento Ecológico de Venezuela, en la persona del Dr. Manuel Díaz, Director General Nacional, quien fuera electo en la última reunión de la Federación de los Partidos Verdes de las Américas (FPVA) realizada en Chile, como obusdman de las Américas, asiste en representación de Venezuela y del continente a la cumbre mundial del clima que se realiza en Copenhague, Dinamarca, como parte de las estrategias establecidas en el 1er. Congreso venezolano de Ecología Social 2009, realizado recientemente en San Antonio de los Altos, por la Asociación Civil Brújula Ecológica. Demostrando de esta manera el sostenido y sólido crecimiento de los verdes en Venezuela, quienes nos hemos venido preparando para presentarle al país nuestra propuesta denominada “Hacia la Venezuela Sustentable”, que implica una nueva forma de concebir la política como una ciencia hermanada de la ciencia ecológica, para alcanzar desde la administración pública un nivel más avanzado de desarrollo, cuya ideología fundamental sea la calidad de vida de los seres que compartimos este maravillosos ecosistema llamado Tierra y su subsistencia.

Ecología: base de supervivencia humana.


Es fundamental, para entender la importancia de la materia, recordar que el hombre vive en un medio ambiente natural (el planeta Tierra), que es su base de vida y desarrollo. El hombre está inserto y se desarrolla en un medio que lo condiciona y el cual a su vez modifica con su acción. El hombre que es parte de la naturaleza debe vivir en armonía con ella, esto significa que las actividades humanas deben desenvolverse de tal manera que sean compatibles con el mantenimiento y mejoramiento del entorno ecológico que lo sustenta y condiciona. Los componentes esenciales del medio ambiente son: el agua, el aire, la tierra y los seres vivos, los cuales se hallan en estrecha relación, proporcionando a la Biosfera el equilibrio necesario para que las distintas formas de vida se mantengan y desarrollen, la alteración de tales componentes perjudica dicho equilibrio ecológico y puede ocasionar graves daños a cualquier forma de vida y, en todo caso, deteriorar la calidad de vida humana. La problemática ambiental ha aumentado en estos últimos años, debido al crecimiento vertiginoso de la población en relación con los recursos naturales disponibles, la progresiva desertificación y la desaparición de grandes bosques, especialmente la selva amazónica, el fenómeno de la lluvia ácida, el peligro de accidentes nucleares, la disminución de la capa de ozono, todo lo cual incide directamente en el desenvolvimiento de la humanidad. Pero ¿cómo hacerlo?, ¿Cómo reorientar nuestro desarrollo para hacerlo sustentable?, el primer imperativo es economizar el factor Tierra, dando prioridad a las tecnologías que economicen energía y sean más respetuosas del medio ambiente. El segundo imperativo consiste en establecer nuevas regulaciones añadiendo a la protección social la protección del medio ambiente. Las herramientas existen, desde los medios reglamentarios (leyes y normas), medios económicos (eco impuestos, permisos negociables) pasando por los acuerdos de auto limitación y los códigos de buena conducta. Algunos permiten revertir los daños; otros, indemnizar por los daños y algunos más, prevenir mediante la disuasión. Es por ello que la adopción del Derecho Ambiental debe materializarse en la realización y aplicación de instrumentos jurídicos apropiados, pues su efectividad reside en que se debe contar con una respuesta integral tanto del Derecho Constitucional como del Derecho Administrativo, del Derecho Privado, del Derecho Penal y del Derecho Internacional, dentro de este último aspecto, debe acotarse que el Derecho Ambiental está plenamente identificado, ya que allí tuvo su inicio, con el fin de preservar el hábitat del ser humano a nivel mundial, creando un enfoque integrado y coordinado, de modo que pueda asegurar la compatibilidad del desarrollo con la necesidad de proteger el medio ambiente en beneficio de la población.


En un estricto sentido de responsabilidad general, es la Comunidad Internacional la que debe en su conjunto regular la relación entre los hombres y el medio ambiente, ya que los daños provocados en un extremo del planeta pueden repercutir en otro extremo, dándose además la particularidad que los países que más deterioran el planeta son aquellos que se encuentran en una mejor posición económica para soportar los desastres, mientras que los que menos dañan el medio ambiente pueden llegar a sufrir grandes perjuicios y pérdidas humanas por desastres naturales. Es necesario pensar en términos globales porque la ecología política hace suyas máximas que podría ser las del humanismo en general: "Soy hombre, y nada de lo que es humano me es ajeno", "Somos todos responsables de todo y ante todos, y yo particularmente". Pensar globalmente es elevarse a una visión planetaria que el saber ecológico hizo posible: visión del estado del planeta, de su degradación continua, del juego complejo de causas y consecuencias y, en este juego, un aspecto esencial, la parte de la actividad humana bajo sus distintas formas. Este aspecto es esencial porque la "dominación de la naturaleza" es un fantasma que parece oportuno no convocar demasiado; por otra parte, podemos y debemos esperar controlar la actividad humana, porque como alguna vez diría Aristóteles: "La naturaleza es un espectáculo que se desarrolla frente al hombre." De allí la trascendencia de la Ecología Social como tendencia globalizante, que aspira convertirse en la alternativa ideológico-política que redefina al Estado, ante el evidente fracaso de los modelos probados hasta el presente. Nadie que, ante la incertidumbre generada por la polarización de los extremos que hoy se disputan el control del poder y los recursos, urge una tercera vía, que aglutine con su mensaje a todos los sectores de la sociedad. En tal sentido desde el Movimiento Ecológico de Venezuela (Movev), primer partido político venezolano inserto dentro del pensamiento verde global, cuya ideología, es decir, la Ecología Social, cobra inusitada fuerza en el presente, en virtud de la persistencia de las luchas sociales emprendidas por los verdes en todo el planeta desde más de cinco décadas, que nos convierten en una referencia histórica y moral ejemplarizante, que ya comienza a dar frutos maravillosos en muchos países y Venezuela no será la excepción.

Razones para una tercera vía


Nadie duda de la necesidad histórica de reinventar la sociedad, a partir de una reingeniería del hecho político, por ser éste el que nos impulsa hacia delante o nos retrotrae al pasado. Ya no es un secreto la madurez que ha adquirido la sociedad venezolana y latinoamericana respecto de la búsqueda constante del modelo que le garantice vivir en libertad, en paz y por ende con un mínimo de gobernabilidad, para poder superar sus ingentes problemas: corrupción, pobreza, desempleo, inseguridad, falta de viviendas, insalubridad, grave deterioro o inexistencia de servicios básicos esenciales para el desarrollo y el uso irracional de los recursos naturales renovables y no renovables. Ante el evidente fracaso de las tendencias que hasta ahora se han alternado en el poder, cabe preguntarse: ¿Podemos y debemos seguir creyendo en la derecha? ¿Ha sido positiva la experiencia de estos diez años de la izquierda gobernante en Venezuela? ¿Podemos seguir confiando a siegas en el neoliberalismo? ¿Es acaso el socialismo del siglo XXI la respuesta a las grandes demandas de la sociedad venezolana y latinoamericana? La realidad indica que no, en virtud de la corta visión y el discurso retórico y vacío de nuestros políticos contemporáneos, que nos han sumergido en la más deplorable polarización, rechazada por más del 70% de la sociedad, dejando al descubierto una nueva realidad, aun más apremiante, pues se trata de tres vías para escoger una. A continuación explicaré cada una de ellas.
Primera vía: Regresar a experiencias ya superadas de los cogollos de la derecha que nos empujaron a vivir injustamente el oprobio del clientelismo excluyente, hoy representado en una supuesta unidad de los factores que adversan al actual régimen, pero sin un proyecto claro de país, lo que genera escepticismo y una gran desconfianza.
Segunda vía: Adoptar de una vez por todas como positiva, la retórica incontinente del socialismo del siglo XXI, a pesar del fracaso evidente al intentar usarlo como disfraz para conducirnos al más burdo y retrógrado modelo comunista, al estilo cubano, mientras el país se hunde en la ingobernabilidad e inestabilidad social, política y económica más grande de su historia.
Tercera vía: La tercera vía que proponemos, debe ser respetuosa de la majestad del ser humano, de su inteligencia, de su libertad, de su creatividad, de su desarrollo y posicionamiento ante la vida, sin la dependencia del sectarismo absurdo. No podemos caer en la tentación de exigirle tal responsabilidad al Estado ni al sector privado. Debe trazarse un camino a partir de las iniciativas individuales que se dirijan hacia la lucha por los demás, pero de manera organizada. Que permita potenciar los activos de los marginales, creando los efectos redistributivos que los privilegien. Que promueva la elevación de la calidad de vida impulsando al ciudadano a que sea dueño de su propio destino, con vivienda digna, formación para el trabajo, salud, seguridad social, servicios eficientes, mediante la elevación de la autoestima y la creación de los núcleos de desarrollo, bajo un concepto filosófico de beneficio plural, distinto al enmarcado dentro del sistema lucrativo individualista. Es necesario darle a ese ciudadano valores que justifiquen su presencia en la vida y los métodos para alcanzarlos. Al lograrse este precepto, tendremos un ciudadano mejor, y a partir de él, un país mejor. Al construir el Movimiento Ecológico de Venezuela estamos dándole forma a ese viejo anhelo de la sociedad para romper las cadenas de la partidocracia y el modelo cupular del poder e inaugurar el nuevo paradigma.

Principios de Ecología Política


Las modificaciones del medio causadas por el hombre se han convertido en un tema de discusión política de gran importancia en el mundo. ¿Qué debemos hacer? ¿Hasta donde podemos llegar? ¿Qué es ecología política? La palabra "eco", de uso corriente en Venezuela, es referida a la visión diminutiva y caricaturesca de la ecología por una gran parte de la opinión pública. Se pasa además de lo coherente a la perplejidad cuando a la palabra ecología se le añade el término política. No hay duda de que la ecología política, a los ojos de la opinión pública, no ha adquirido un status de "noción clara y distinguida". ¿Qué podemos decir para entenderla? Aplicada al hombre, la ecología se vuelve el estudio de la relación entre la humanidad y su ambiente, o sea la manera cómo la primera transforma al segundo y éste permite a la primera sobrevivir. El ambiente de los hombres no es simplemente la naturaleza salvaje, sino que incluye también la naturaleza transformada por su actividad. La ecología política es, entonces, el análisis de la interacción compleja entre el medio ambiente (medio de vida de la humanidad) y el funcionamiento económico, social y político de las comunidades humanas. Tomando en serio los desequilibrios ecológicos generados por la actividad humana, la ecología política es llevada a cuestionar la modernidad y a desarrollar un análisis crítico del funcionamiento de nuestras sociedades industriales. Este análisis pone en causa un conjunto de valores y de conceptos claves sobre los cuales descansa nuestra cultura.
¿Cómo reorientar nuestro desarrollo para hacerlo sustentable? Economizando el factor Tierra, dando prioridad a las tecnologías que economicen energía y sean más respetuosas del medio ambiente. Establecer nuevas regulaciones añadiendo a la protección social la protección del medio ambiente. Las herramientas existen, desde los medios reglamentarios (leyes y normas), medios económicos (ecoimpuestos, permisos negociables) pasando por los acuerdos de autolimitación y los códigos de buena conducta.
¿Cómo hacer que las fuerzas sociales y políticas tomen en cuenta lo sustentable?
A través de un intenso debate ideológico y cultural dirigido a modificar la percepción de los riesgos y de las ventajas, hacer progresar los valores y las normas de la ecología. Más allá de la política y sus contenidos, es lo político, su campo y sus métodos lo que hay que reconstruir.
¿Qué diferencias existen entre un líder político convencional y un líder ecologista?
El líder ecologista está más comprometido con la persona que con un determinado lineamiento político, es por ello que su compromiso va más allá de la consolidación de la ideología en sí. El líder ecologista intenta comprender el contexto de la necesidad del “mejor vivir”, que la mayoría de las veces son el origen de los problemas sociales de la comunidad. El líder ecologista considera cada contacto con su vecino como la ocasión ideal para aplicar medidas de educación ambiental. El líder ecologista considera al conjunto de vecinos como una población vital y así se compromete constantemente en mantener la excelencia ambiental en su comunidad. El líder ecologista se considera así mismo como parte de la red comunal. El líder ecologista es un gestor de recursos. El Movimiento Ecológico de Venezuela es una inmensa oferta de contenidos nuevos, o más bien un gran llamado a ocuparse del contenido. Fija objetivos, redefine medios y estrategias, cosas que parecían haber desaparecido de la "política", reducida a la competencia por el poder entre hombres y partidos intercambiables y "alternantes".

Por nuestra amada Tierra

Hoy, desperté con una extraña y dual sensación de gratitud e impotencia. Gratitud por la maravilla de la creación y sus ilimitadas e inimitables expresiones de magnificencia. ¿Cómo no agradecer al Creador por habernos hecho a su imagen y semejanza? Según el relato de la creación de la Tierra, “dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza” (Génesis 1:26). Creo sin vacilación ni duda en Dios, el Eterno Padre. El es mi Padre, el Padre de mi espíritu y el de los espíritus de todos los seres humanos. Es el gran Creador, el Gobernante del universo. El dirigió la Creación de esta tierra en la que vivimos. Es un Ser personal; es real; es individual y “tiene un cuerpo de carne y huesos, tangible como el del hombre” (D. y C. 130:22). Agradezco y rindo honor y reverencia a ese Dios que me permite despertar cada mañana con el trinar de los pájaros, mientras la suave brisa acaricia mi piel al mismo tiempo que camino intensamente la primera media hora de cada día, para disfrutar la fiesta del poniente irradiando luz, calor y transparencia. Pero admito que siento impotencia al no poder impedir la degradación de lo que nos rodea, el aire, el agua, los suelos, la flora, la fauna y en fin, nuestro ecosistema. Amada tierra, hoy te pido perdón por la inconciencia del hombre. Hoy te pido perdón porque en verdad, el hombre, cegado por la ambición y el egoísmo lastima tus entrañas perforándolas para extraer tus minerales e hidrocarburos, lastima tu superficie inundándola de desperdicios, lastima tus capas externas contaminando el aire. También el hombre, ciego, te lastima cuando siente odio por sus hermanos, cuando envidia, cuando arremete, cuando engaña, cuando vive con miedo. El hombre te ha lastimado con la contaminación física y con la falta de amor a sí mismo y hacia sus hermanos. Y tú, amada Tierra, creada por el Padre para el gozo y el disfrute del hombre, transformada estás por la inconciencia.
Y todavía el hombre cree que impunemente puede lastimarte: olvida que todos sus actos tienen consecuencias, y en este caso, consecuencias dolorosas.
Tu aire ya sucio, tus ríos y océanos inundados de basura, tus capas externas mostrando ya físicamente sus heridas. Y tú, amado Planeta, por amor, nos sigues entregando tus frutos dulces, nos sigues entregando la lluvia transparente, nos sigues entregando la quietud de tu superficie. Por eso hoy, ¡oh madre Tierra!, te pido perdón por el que odia, te pido perdón por no haberte sabido cuidar y agradecer tu Amor.
Sé que hoy puedo limpiarme y limpiarte: Hoy puedo, mañana... no lo sé. Por eso, hoy te pido perdón, hoy te agradezco, hoy te bendigo. Como una muestra de gratitud infinita, millones de tus hijos militamos en los partidos verdes en los cinco continentes. Venezuela no podía ser la excepción. Gracias a la diligencia y envolvente entusiasmo de miles de venezolanos el Movimiento Ecológico de Venezuela (Movev) es una realidad. Apenas comenzó el mes de julio y el CNE nos dio la grata noticia de que fue aprobada nuestra solicitud de construir el primer y único partido verde de Venezuela, inspirado en el amor que como ecologistas tenemos en nuestra madre Tierra y en nuestro deseo legítimo de brindarle a nuestro país una tercera vía para derrotar la polarización y la indiferencia, luego de más de cincuenta años de malos gobiernos y hegemonía de los cogollos que hoy aun persisten en mantenernos hundidos en el subdesarrollo, a pesar de las enormes riquezas materiales y humanas que poseemos. Estamos persuadidos de que Venezuela y Portuguesa merecen un futuro mejor.

La ecología humana

La ecología humana estudia las relaciones entre los seres humanos y su entorno. Los especialistas en ecología humana investigan el modo en que las personas adaptan sus características genéticas, fisiológicas, culturales y de conducta al medio físico y social. El estudio de la interacción entre los seres humanos y su entorno se remonta a los antiguos griegos, quienes creían que el entorno físico determinaba la cultura y la conducta de las personas. Sostenían que los climas cálidos propiciaban la inactividad, mientras que la mayor diversidad climática era fuente de salud y equilibrio. Este punto de vista, llamado determinismo ambiental, se ha mantenido hasta el siglo XXI. Sin embargo, durante el siglo XIX el aumento de datos arqueológicos y etnográficos demostró que desde que los seres humanos han utilizado la cultura para superar las dificultades ambientales, el entorno no ha constituido más que una influencia de tipo menor en la sociedad. Un punto de vista intermedio y, en parte, opuesto al determinismo ambiental, que el etnólogo alemán Franz Boas denominó ‘posibilismo’, sostiene que el entorno ofrece al ser humano una serie de posibilidades, cuya elección depende de los factores históricos y culturales que vaya adoptando la evolución social. A finales de la década de 1940 el antropólogo estadounidense Julian Steward introdujo la idea de que los seres humanos forman parte de un sistema ecológico. Acuñó el término de ‘ecología cultural’ y dio un nuevo impulso a la investigación de las sociedades de cazadores-recolectores, de pastores y de agricultores. Sin embargo, hasta la década de 1960 no se produjo la unificación de los conceptos de ecología cultural y biológica en el de ecología humana. Hoy este concepto se incluye dentro de un amplio marco ecológico y evolutivo, que engloba dos procesos: por un lado, la influencia del entorno en los seres humanos y la adaptación de éstos al entorno, y, por otro, el impacto que los seres humanos producen sobre el entorno en los aspectos físicos, económicos, culturales y otros, como la nutrición, los desastres ecológicos o la demografía. Los ejemplos que se exponen a continuación son ilustrativos de la interacción de los diferentes tipos de adaptaciones. Los seres humanos han fundado asentamientos en casi todas las zonas del planeta, por lo que se han tenido que adaptar a entornos muy diferentes, desde desiertos tórridos con temperaturas superiores a los 35 ºC, hasta zonas extremadamente frías, con temperaturas que descienden hasta por debajo de los -46 grados centígrados. Sin embargo, las adaptaciones culturales como la vestimenta son igualmente importantes. Los pueblos de la cordillera de los Andes que viven en climas fríos utilizan ropas de lana de colores oscuros para guardar el calor, mientras que en el desierto se utilizan ropas sueltas que protegen la piel de los efectos dañinos de la luz solar directa, a la vez que permiten la ventilación. Plenamente justificada entonces, la existencia por más de cinco décadas de los partidos verdes en el mundo, cuya influencia positiva nos ha permitido organizar en nuestro país el Movimiento Ecológico de Venezuela, inscrito ante el CNE y afiliado a la Federación de los Partidos Verdes de América Latina y a la Global Verde Internacional, con presencia en los cinco continentes. Estamos ganados a rescatar el carácter humanístico y científico de la política para ponerla al servicio de los intereses de los venezolanos. Estamos obligados a transitar una tercera vía, ante el fracaso de los modelos anteriores.

Gestión pública y medio ambiente

No en vano nací y viví mis primeros años en medio de la exuberancia de la naturaleza, trepando las ramas de los árboles para merecer el premio de atrapar la mejor fruta, corriendo entre las sombras de la espesura sin poder mirar las nubes, aun en medio de la engransonada y polvorienta carretera de Madre Vieja. ¿Cómo olvidar la fiesta de los araguatos tan cerca del patio de la casa de troncos, palma y caña brava? ¿Cómo no amar el despertar con el himno matinal de infinidad de aves? ¿Cómo no sucumbir ante el recuerdo de mis zambullidas infantiles en las aguas cristalinas del caño La Rita? Creo que muy temprano en la vida, aun antes de nacer del vientre de mi madre ya era ecologista. No es casual entonces que hoy me encuentre inmerso en la más hermosa lucha por nuestro derecho universal a un ambiente sano y libre de depredadores.
He aprendido que la economía es un subsistema del ambiente, en el cual ninguna actividad económica puede sobrepasar los límites del ambiente por un largo tiempo, sin que se produzcan consecuencias negativas para ambos. Es imperativo interrelacionar los aspectos económicos, sociales y políticos, al momento de planificar y tomar las mejores decisiones para alcanzar la tan cacareada sustentabilidad. Ser sustentables es un desafío para cualquier sociedad, por tal razón debe optimizarse la relación entre economía y ambiente, de manera que la economía pueda satisfacer las necesidades de la presente generación, al tiempo que garantice también las necesidades de las futuras generaciones.
Según el Dr. Manuel Díaz, destacado consultor ambiental: “El Estado tiene un importante rol en el logro de una adecuada relación economía-medio ambiente, las actividades que desarrolla incluyen la explotación de recursos naturales importantes. Contribuir al logro de una sociedad sustentable es una meta prioritaria para la industria y en especia para la industria privada, lo que implica, que sus producciones no deben realizarse a cualquier costo económico y ambiental, en este sentido, debe completar la formación de la fuerza técnica de alta calificación y dedicación con que cuenta, en los aspectos ambientales e introducir el uso de tecnologías que permitan la mejora continua de los aspectos técnicos vinculados al medio ambiente, teniendo en cuenta que los impactos ambientales no podrán ser llevados a cero o eliminados, pero si pueden ser reducidos a niveles ambientalmente aceptables.” (Liderazgo para la transformación, IUGT-CAF, Pág. 1). He allí la trascendencia del gran salto de los grupos ecologistas de la acción contemplativa y eminentemente social (lucha plenamente justificada) al escenario político, para abordar sin ningún tipo de complejos los espacios donde se planifica y se toman decisiones en cuanto a qué proyectar y en qué destinar los cuantiosos recursos financieros que año tras año se desvirtúan y se pierden en la vorágine de la corrupción, creando un problema aun más complejo que los propios daños ocasionados al medio ambiente, una sociedad de cómplices, quienes por dinero permiten que la muerte aceche de manera acelerada a nuestro hermoso y único planeta. Todo lo anterior justifica el surgimiento por primera vez en nuestro país del Movimiento Ecológico de Venezuela, inspirado en los buenos ejemplos que en el fragor de la lucha han librado los partidos verdes de Europa, África y Las Américas. Ahora nos encontramos en el proceso de legalización en por lo menos doce estados para convertirnos en un partido nacional, para lo cual nos agradaría contar con tu valiosa firma y decidido apoyo a nuestro esfuerzo por construir la tercera vía que Venezuela está esperando para vencer la polarización.

Derecho constitucional a un ambiente ecológicamente sostenible

En algunos países se ha producido la discusión acerca de la necesidad de que el estado se involucre directa, responsable y solidariamente en la protección del ambiente. Dicha requisitoria a una intervención estatal suele estar planteada desde la perspectiva del ambiente como un derecho humano. Esta perspectiva es fundamental, ya que conecta directamente el concepto de estado democrático de derecho con la noción de derechos humanos, siendo aquél el estado donde rigen estos derechos y donde toda la acción estatal termina realizándolos. La lucha por el reconocimiento del ambiente como un derecho humano tiene una historia de unos 25 años, periodo en el que la doctrina especializada ha venido propugnando su reconocimiento en los ámbitos nacional e internacional, lo cual ha encontrado un escollo proveniente, principalmente, de la dificultad de definir el carácter de tal derecho. La Declaración Universal de los Derechos Humanos, de 1948, establece claramente que “toda persona tiene el derecho a un nivel adecuado de vida que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar”. El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de 1966, establece, directamente, el carácter del ambiente como un requisito indispensable para el adecuado desarrollo de la persona. La Declaración de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, de Estocolmo-1972, establece que es un derecho del hombre gozar de las “condiciones de vida satisfactorias en un ambiente cuya calidad le permita vivir con dignidad y bienestar”. Como contrapartida a este derecho, la misma Declaración reconoce el “deber solemne de proteger y mejorar el medio ambiente para las generaciones presentes y futuras”. En la Reunión Mundial de Limoges, de 1990, se recomendó que el derecho del hombre al ambiente fuera reconocido a nivel nacional e internacional y que los estados tienen el deber de garantizarlo. La Carta de Derechos Ambientales y Obligaciones de Individuos, Grupos y Organizaciones, adoptada en Ginebra en 1991, se manifiesta en el mismo sentido: “Todos los seres humanos tienen el derecho fundamental a un ambiente adecuado para su salud y bienestar y la responsabilidad de protegerlo para el beneficio de la presente y de futuras generaciones”. La Cumbre de Río de Janeiro, de 1992, consolidó la evolución de este derecho al señalar que todos los seres humanos tienen derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza. En la Declaración de Vizcaya (Bilbao; Seminario Internacional sobre Derecho al Ambiente; 1999) se deja clara la condición de derecho humano que tiene el ambiente, indicándose que se relaciona con el respeto a la dignidad de todo ser humano; se ratifica el derecho a un ambiente sano y equilibrado y la responsabilidad pública y de organizaciones internacionales de protegerlo, velando por el uso racional de los recursos naturales y el impulso de modelos de producción y uso que conduzcan a un desarrollo sustentable; se subraya la necesidad de transparencia de todos los procesos de toma de decisión en ámbitos públicos en temas ambientales (reconocimiento del derecho a la participación, al acceso a la información y el derecho a la información). He allí la trascendencia de nuestra actuación que desde la ONG “Rescatando a Portuguesa”, pretende crear una nueva conciencia respecto del hecho ambiental, por lo que hemos adoptado como bandera de lucha el derecho que tenemos los portugueseños de que el gas que se encuentra en el subsuelo de nuestro territorio sea procesado y comercializado en nuestro estado, respetando el derecho humano fundamental a un ambiente adecuado para su salud y bienestar y la responsabilidad de protegerlo para el beneficio de la presente y de futuras generaciones.

El agua como factor del desarrollo

¿Se puede concebir el desarrollo sin agua? ¿Será posible cambiar nuestra actitud derrochadora y depredadora del entorno antes de quedarnos sin agua? El agua es aun uno de los principales y más valiosos componentes del capital natural de Venezuela, pero en la actualidad sufrimos las consecuencias de un pasivo ambiental que se expresa en el deterioro de la calidad de las aguas y una seria disminución de la oferta natural del recurso en amplias zonas del país. El manejo de los recursos naturales y sus ecosistemas, especialmente nuestras cuencas hidrográficas, constituyen un problema aun no resuelto en los 50 años de democracia. Es imperativo que en nuestro país, así como en el resto de las economías desarrolladas, se valore la trascendencia que tiene para la sobrevivencia de las especies, la protección de los recursos y el medio ambiente. Para tomar decisiones adecuadas, con el fin de alcanzar metas de gestión integrada del agua, es necesario armonizar los intereses y la dinámica de las poblaciones con las condiciones y la dinámica propia del entorno donde habitan dichas poblaciones, en particular con relación a las cuencas hidrográficas y sistemas costeros. Dichas decisiones deben integrar conocimientos de las características del comportamiento humano con las características del ambiente donde habitan. Esta necesaria articulación aportada por las ciencias blandas (sociología, antropología, jurisprudencia, economía y política) con las ciencias duras (física, química, biología, ecología e ingeniería) para tomar decisiones, no ocurre en la práctica. La carencia de articulación, para combinar los aportes de ambos grupos de disciplinas y ciencias, es una de las causas de ingobernabilidad en materia de gestión integrada del agua. Las decisiones se toman usualmente en forma simplificada y parcial, con paradigmas preestablecidos, y en la mayoría de las veces ignorando el comportamiento del entorno natural donde se aplican tales decisiones. En Venezuela, seguimos utilizando nuestros cauces, cuencas y costas como basurero universal, vertiendo toda clase de residuos, y aunque es realmente notoria la capacidad del Orinoco y el Mar Caribe para absorber todo esto, se está llegando ¡al limite! Las descargas de aguas servidas en esos ecosistemas ocasionan problemas de carácter estético, presentan riesgos potenciales a la ecología y a la salud pública y algunas veces implican consecuencias económicas negativas al restringir la activad turística. La actividad humana es la principal responsable de la amenaza a la diversidad de la vida en las cuencas hidrográficas y vida marina. Otros factores que causan daños a los ecosistemas son las descargas de aguas servidas, tanto industriales como urbanas y agrícolas, aunados a la deforestación, la construcción y el desarrollo sin planificación. Tales reflexiones nos obligan a los líderes del Movimiento Ecológico de Venezuela (Movev) establecer en nuestra propuesta de gobernabilidad verde, temas como: el agua, los suelos, la basura y la contaminación en todas sus modalidades, para lo cual nuestros legisladores y concejales, deberán producir leyes y ordenanzas adaptadas a nuestra realidad, y desde los gobiernos municipales y del gobierno regional, produciremos políticas audaces para generar inversión foránea en dichas áreas, destinando un importante porcentaje del presupuesto ordinario del estado en educación ciudadana, con el fin de crear una cultura conservacionista. La cultura es la forma como se expresa el ser humano en sus relaciones sociales y espirituales con el entorno. Es la forma como el ser humano se relaciona con el mundo y puede tomar decisiones para mejorar su calidad de vida.

Liderazgo y Educación Ambiental

En virtud de los problemas globales relacionados a la acumulación de gases invernadero, su efecto en el calentamiento global y cambios climáticos, la discusión mundial ha puesto sobre la mesa la reflexión acerca de la relación del hombre con su medio. La definición actual de medioambiente, es una definición más bien holística donde no sólo está conformado por el medio físico circundante, sino que se define como medio que parte desde el individuo en un medio natural y artificial, como de todas las posibles interrelaciones que subyacen entre distintos sistemas permitiendo incorporar lo social y cultural. “El sistema global constituido por elementos naturales y artificiales de naturaleza física, química o biológica, socioculturales y sus interacciones, en permanente modificación por la acción humana o natural y que rige y condiciona la existencia y desarrollo de la vida en sus múltiples manifestaciones”. La definición anterior involucra una visión global más allá de la percepción inicial de sólo un ambiente físico, en donde nuestras casas, barrios, comunidades y cultura también lo son. La reflexión apunta a que individualmente es fácil criticar acciones a entes o niveles superiores privados y públicos no haciéndonos cargo de nuestra “Responsabilidad Social Individual” en relación a estos temas. Entonces, si deseamos estar en una nueva sociedad donde cada uno se conceptualice en el medioambiente, la pregunta que nos queda es: ¿Cómo hacer que tal concepto y en especial a los asociados al Desarrollo Sustentable, sean traspasados a la sociedad como un todo que modifique conductas contradictorias como el andar en un auto menos contaminante pero abrir la ventana para botar basura? La primera vez que visité Houston en el estado de Texas, me llamó profundamente la atención la limpieza de las calles, piletas, paseos y parques que para mis compañeros de estudio europeos era algo natural y entendible, mientras que para quienes veníamos de latinoamérica como para africanos nos parecía de una limpieza increible. Lo primero fue pensar en que el sistema de recolección de basura era excepcional; sin embargo, al mirar los comportamientos de los ciudadanos en el Downtown y parques aledaños no aprecié a nadie rompiendo bancos, rayando el tranvía, botando bolsas o papeles donde no correspondían, lo cual incluso al consumir alimentos me obligaba a realizarlo en los lugares habilitados para ello, siendo en sí numerosos, así como los lugares destinados a fumadores. Llamó mi atención el número de recipentes de basura y la distancia que había entre ellos, siendo vergonzoso hacer algo indebido, además de ser filmado y vigilado. Al preguntar a ciudadanos estadounidenses el porqué lo hacían nunca en sus declaraciones salió que fuera relevante para el medioambiente o los animalitos, sino por el contrario la frase recurrente era: “porque hay que hacerlo”. Para mí fue casi un shock, no porque no estuviese correcto, sino porque implicaba directamente un cambio conductual al más puro estilo del acto reflejo de lavarse las manos antes de comer o de lavarse los dientes después de cada comida, donde tales actos los realizamos sin la convicción profunda de que será lo mejor para nosotros sino como a modo de una costumbre arraigada. Esto me recordó el slogan de una marca de crema dental que decía “úsala de noche y de mañanita”, lo cual nos llevaba a “tomar conductas” sin la reflexión de que tal conducta posea un retorno para nosotros mismos. Por otra parte, hoy nadie cuestiona el no lavarse las manos, cuando una de las principales campañas de cambio de conducta fue para la prevención del Cólera o de la frase en nuestras abuelitas de “niño sano – niño gordito”, enunciadas para combatir décadas atrás la desnutrición; hoy todos problemas recurrentes en Venezuela. Todo lo anterior me ha llevado a la reflexión, sobre la base de los hechos observados, que estos respondían precisamente a lograr a cambios conductuales muy difíciles de lograr cuando especialmente estamos acostumbrados y cómodos a realizar las cosas como las hemos hecho durante años. Titánica tarea que nos proponemos emprender desde el Movimiento Ecológico de Venezuela, en sinergia con Escuelas, ONG’s, Universidades, Medios de Comunicación y Comunidades Organizadas. El desafío lo asumimos los verdes venezolanos, pero contamos contigo.

Educación para derrotar la pobreza

En la actualidad la sociedad venezolana se encuentra ante su más importante desafío y encrucijada, luego de las reiteradas frustraciones que le ha tocado vivir, en virtud de haberle otorgado durante las últimas cinco décadas su confianza a quienes no han sabido corresponder al momento histórico en el que les ha tocado ejercer su representación ante los distintos órganos del poder público. Las organizaciones partidistas, lejos de ocuparse seriamente al proceso de organización y formación de la sociedad civil, a fin de garantizar el acceso de éstas a los espacios donde se toman las decisiones, se convirtieron en vulgares instrumentos del clientelismo y la corrupción, deteniendo y negando el avance al desarrollo sustentable del país y a una sociedad cada vez más exigente que voluntariamente ha decidido irrumpir sin las mezquinas ataduras partidistas, para ir en búsqueda del rol protagónico que la propia Constitución de 1999 establece en buena parte de su contenido. Esta Constitución que reemplaza la de 1961, comparada con ella es más social y pone en hombros del Estado mayores responsabilidades y deberes. Es una Constitución rebosante de promesas para las clases populares. Creemos que la satisfacción de las mismas será como de hecho lo es, lenta y trabajosa por la falta de medios y preparación suficientes, además de la poca o nula voluntad política e incapacidad de quienes la propusieron y tratan de desvirtuarla. También tiene la característica de apelar a la ciudadanía y a la sociedad organizada a que se movilice y contribuya con su presencia a la toma de decisiones no sólo a nivel local sino nacional y hasta legislativo, es decir, dando su opinión en la discusión de las leyes.
Echamos de menos en el nuevo texto constitucional vigente disposiciones categóricas y terminantes a favor de la educación básica y capacitación profesional y vocacional de las clases populares. En tal sentido dentro de la propuesta programática del Movimiento Ecológico de Venezuela (Movev), nos proponemos como segundo punto en la agenda, la creación a nivel de cada Parroquia la Escuela de Gerencia Comunitaria y Ecología Política, con el objeto de propiciar una agresiva actividad formadora y capacitadora en beneficio de los lideres comunitarios, luchadores sociales y vecinos en general, de cuyo esfuerzo pedagógico resultará a la postre la red de ciudadanos con las competencias necesarias para optar a cargos de representación popular sin la dañina intermediación partidista, que redundará en la perfectibilidad del propio sistema de libertades y en una sociedad más equilibrada y armónica.
Además de ocuparse de la infraestructura y dotación de las instituciones escolares, el estado debe crear las condiciones medioambientales necesarias para que el hecho educativo sea placentero y no la pesada carga que hoy significa para docentes, estudiantes y comunidad en general. Mientras más atractivo y agradable sea el ambiente que rodea a la escuela, más posibilidades habrá de que el estudiante se motive a continuar proactivamente todo el proceso de enseñanza aprendizaje, obligando a los docentes a prepararse mejor y ser más creativos, predispuestos a dar lo mejor de sus capacidades. Otro aspecto a mejorar es el nivel de vida del docente, a partir de la internacionalización del ingreso, a objeto de equiparar la calidad de la infraestructura y medio ambiente con la autoestima para asumir el carácter solemne que debe tener la educación como proceso indispensable para derrotar la pobreza, tanto espiritual como material.

Economía verde. ¿Hay futuro en nuestro futuro?

El fuerte traspié que sufrió la economía mundial a finales del año pasado, nos ha despertado dudas o confirmado las que teníamos sobre su sostenibilidad. Sin embargo, hace poco más de cuarenta años, Kenneth E. Boulding marcaba un paso al frente y alertaba sobre la importancia vital del medio ambiente en el desarrollo de nuestro sistema económico. Conceptualizó a este sistema como la “economía del vaquero” (cowboy economy), siendo el vaquero un símbolo de planicies ilimitadas; también asociado a un comportamiento imprudente, explosivo, romántico y violento. Sin embargo, para Boulding debía modificarse la percepción y darle paso a la “economía del astronauta” (spaceman economy), en donde la Tierra sería una solitaria nave espacial, sin reservas ilimitadas, ni para extraer ni contaminar (Boulding, 1966). Un punto azul en la inmensidad del universo es nuestra solitaria nave espacial. Tan única que ni el esfuerzo intelectual de miles de científicos, ni las cuantiosas sumas de dinero invertidas en investigación y exploración del espacio exterior, nos han permitido habitar otros planetas. Sin embargo, ¿cuál sería el sentido de colonizar otros mundos si, teniendo todo en nuestra maravillosa nave azul, podemos estrellarnos? No considero como alternativa el condenar y mandar fusilar a nuestro sistema económico. Bien o mal, ha generado progreso en nuestra sociedad. Indudablemente, éste no ha sido equitativo y el costo, en definitiva, ha sido elevado. La respuesta –que espero llegue un día no debe decirnos cómo evacuar la Tierra sino como debemos repararla. Para ello, se tiene que replantear y darle un giro de 180° a la idea rapaz de que el medio ambiente se adapta a las necesidades del ser humano. Ahora bien, el giro se está dando y enarbola la bandera del “desarrollo sustentable”. Múltiples definiciones e ideas giran en torno a este concepto, por primera vez puesto en la escena internacional por la Comisión Brundtland en 1987. Posteriormente, en 1996, el movimiento conocido como Forum for the Future lo define de la siguiente manera. “El desarrollo sustentable es un proceso dinámico que permite a toda la gente alcanzar su potencial y mejorar su calidad de vida a través de vías que, simultáneamente, protegen y mejoran los sistemas que soportan la vida en la Tierra”. La idea del desarrollo sustentable suena seductora y al menos deberíamos darnos cinco minutos para escucharla. Palabras más, palabras menos nos invitaría a seguir estos cinco principios: 1. Vivir dentro de los límites ambientales: Respetar los límites del medio ambiente, recursos naturales y biodiversidad del planeta, asegurando que los recursos que necesitamos para desarrollar nuestra vida sean utilizados de forma eficiente, provocando el menor impacto y asegurando su disponibilidad para generaciones futuras. 2. Asegurar una sociedad fuerte, saludable y justa: Alcanzar las diversas necesidades de las actuales y futuras generaciones, promoviendo el bienestar personal, cohesión e inclusión social, e igualdad de oportunidades. 3. Alcanzar una economía sustentable: Construir una economía fuerte, estable y sustentable que provea prosperidad y cree oportunidades para todos, en donde los costos ambientales y sociales sean internalizados (que el daño se refleje en los precios de mercado) y los recursos se utilicen de manera eficiente. 4. Impulsar una buena gobernabilidad: Promover activamente esquemas efectivos de participación en la toma de decisiones en todos los niveles y ámbitos de la sociedad, aprovechando la creatividad, energía y diversidad de la gente. 5. Utilizar la ciencia responsablemente: Asegurar que las decisiones y políticas públicas implementadas se sustenten con base en evidencia científica robusta, en caso de incertidumbre científica utilizar el principio precautorio. Desde el Movimiento Ecológico de Venezuela (Movev) proponemos la Ecología Social como tercera vía para dos propósitos: derrotar la polarización y a los depredadores del socialismo del siglo XXI, así como a la partidocracia imperante, corresponsables de la crisis de gobernabilidad en nuestro país, para poder comenzar a construir la Venezuela sustentable.

Ecología Política y Desarrollo

Desde 1972 cuando por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas se celebró en Estocolmo la Conferencia Internacional sobre el Hombre y su Medio Ambiente, se perfiló lo que debía ser el eco-desarrollo fundamentado sobre la utilización racional de los recursos humanos y naturales a escala local, nacional y mundial. Más allá de las decisiones de los gobiernos, los representantes de muchas ONG’s, en su mayoría jóvenes, afirmaron su voluntad de trabajar bajo el slogan de que se tiene una sola tierra y así nació la ecología política. En Estocolmo la conciencia planetaria tuvo dos direcciones: la de los científicos y los expertos y la de los ciudadanos para participar frente al peligro de un desarrollo destructor de las plantas, los animales y el hombre. Este nuevo movimiento social cuestionó radicalmente el modelo económico y social de la industrialización y comenzó el camino político en muchos países con la constitución de partidos verdes o ecologistas entre ellos los Grünen de Alemania y los Verts en Francia. La inclusión del medio ambiente entró igualmente en la agenda política de los movimientos sociales con posicionamiento en los electorados locales y nacionales. Todos parten del concepto de repensar la civilización y reorientar el desarrollo especialmente cuando vivimos la época de los más grandes logros científicos pero también de la mayor desestabilización de las condiciones de la vida y el despilfarro de los recursos comunes del planeta. La ecología ha llegado a ser política con pensamiento y programas nuevos dentro de un contrato social en permanente alianza con la naturaleza. En el ámbito latinoamericano la preocupación por el medio ambiente, no sólo tiene que ver por la protección sino también que al ser una región con grandes necesidades económicas y sociales que requiere de un modelo de desarrollo que permita el crecimiento económico, por eso, se inscribe en un concepto más amplio denominado desarrollo sostenible. Venezuela y Portuguesa no escapan de la realidad global, y desde el encuentro armonioso de muchas ONG’s ecologistas, hemos emprendido el camino de la lucha política, con el más sano interés de construir una tercera vía que nos permita salir en forma pacífica y constitucional de la terrible y absurda polarización a las que nos han conducido los políticos tradicionales, por sus ambiciones desmedidas de perpetuarse en el poder algunos y otros por volver a controlarlo, sin tener nada que ofrecernos. Ante tal realidad no podíamos ser indiferentes, sino que la coyuntura histórica por la que atravesamos nos convoca a ser protagonistas de primer orden, en el proceso de relanzar a nuestro país hacia el verdadero desarrollo que otros países con menos recursos que nosotros han alcanzado. Tenemos la firme determinación de aportar nuestra visión de país en el diseño de políticas públicas que nos permitan combatir hasta erradicar el principal flagelo que nos tiene atascado en el subdesarrollo, la pobreza. Para lo cual debemos producir las leyes necesarias que generen confianza a los inversionistas locales y foráneos, para potenciar nuestro aparato productivo, a partir del impulso a la agricultura, la ganadería, el turismo y el mejoramiento de los servicios básicos, esenciales para un desarrollo sustentable y sostenible, en armonía con la naturaleza. De esa manera garantizaremos la siembra del petróleo.

Día mundial del ambiente

En 1972 la Asamblea General de la ONU estableció el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), para promover la cooperación internacional en materia medioambiental. El cual se ocupa del seguimiento constante del entorno, enmarcado en un programa conocido como Vigilancia de la Tierra, así como del análisis de tendencias, la recogida y difusión de información, la adopción de políticas que no dañen el medio ambiente y de comprobar la compatibilidad de los proyectos con las prioridades de los países en vías de desarrollo. Este Programa ha iniciado proyectos relacionados con los siguientes problemas: el estado de la capa de ozono, el clima, el transporte y eliminación de los residuos, el entorno marino, el agua, la degradación del suelo, la deforestación, la biodiversidad, el entorno urbano, el desarrollo sostenible, el ahorro de energía, los asentamientos humanos y los temas demográficos, la salud, las sustancias tóxicas, las leyes medioambientales y la educación. La financiación de sus actividades procede del presupuesto general de la ONU, de las aportaciones realizadas por los estados miembros y de fondos de empresas privadas. El dinero se destina de forma proporcional: un 20% para África, Asia, Latinoamérica, Asia occidental, Europa y el Mediterráneo y un 80% para proyectos globales. Sin embargo no es una agencia de financiación. Sus recursos se utilizan para poner en marcha programas, que a su vez consiguen fondos procedentes de otras fuentes, como gobiernos y agencias medioambientales. Trabaja en estrecha colaboración con otros organismos de la ONU, en especial con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), y coopera con más de 6.000 ONG’s que se ocupan del medio ambiente. Su Consejo de Gobierno, formado por representantes de 58 estados miembros, se reúne cada dos años, y el Comité Administrativo para la Coordinación realiza una labor de enlace con otras agencias de la ONU y programas relacionados. La sede de la organización se halla en Nairobi (Kenia). En Venezuela, país signatario del PNUMA, pareciera letra muerta lo establecido en los múltiples acuerdos y tratados internacionales de carácter ambiental suscritos por nuestro país, así como lo contenido en la propia CRBV en materia de derechos ambientales. Afirmación que sustento en la arbitraria decisión del gobierno nacional de intervenir por la fuerza, sin previa planificación, sin estudios preliminares de impacto ambiental ni social, en nuestra principal zona ABRAE (Área Bajo Régimen de Administración Especial), para explorar y explotar los más grandes yacimientos de gas del país, causando daños irreversibles a nuestro ecosistema (fauna silvestre y flora) mediante el ruido de grandes maquinarias, taladros y helicópteros y utilización de sustancias tóxicas contaminantes de acuíferos confinados y los ríos Tucupido, Boconó, Masparro y La Yuca, entre otros, alimentados por las principales cuencas hidrográficas que se originan en la parte más alta de dicha zona protectora. Además de la flagrante violación de nuestros derechos ambientales, debo resaltar también la violación de nuestra soberanía territorial, ya que además de los daños ecológicos, nos roban el gas para potenciar el desarrollo del estado Barinas, en detrimento de nuestra legítima aspiración a un desarrollo sostenible a partir del uso de nuestros recursos naturales. Esa es nuestra principal bandera de lucha en el día mundial del ambiente y nuestra meta es ganar la gobernación de Portuguesa para revertir el asunto.

Desarrollo y sostenibilidad

Coincido con David Barkin (Prof. Universidad Autónoma Metropolitana, México; Premio Nacional de Economía Política), quien afirma: “No podemos esperar a que los expertos se pongan de acuerdo para definir el desarrollo sostenible o a que las naciones latinoamericanas se comprometan a implementar estrategias idóneas. Enfrentar las contradicciones ecológicas de los sistemas productivos es una necesidad impostergable.”

Los avances en nuestra visión holística del desarrollo sostenible, marchan paralelos a la creciente receptividad que recibimos en el proceso de construcción del Movimiento Ecológico de Venezuela (Movev), que desde su oportuno lanzamiento como el Partido Verde venezolano, asume un compromiso solemne y esencial con las presentes y futuras generaciones de compatriotas, que a gritos le exigen al nuevo liderazgo que emerge, enfrentar los retos de la supervivencia de la humanidad con visión, inteligencia y tenacidad, trascendiendo el modelo cupular, clientelar y autoritario de la partidocracia imperante por uno que garantice la más amplia participación ciudadana en el perfeccionamiento de la democracia o en la invención de un nuevo paradigma, más avanzado y más humano.

No le tememos a la incorporación masiva de grupos sociales de base como paso ineludible para establecer estrategias económicas que incluyan la conservación del ambiente, ese será uno de nuestros mayores retos. Es imprescindible diseñar y ejecutar políticas que faciliten esa incorporación, como parte del plan para revertir la terrible polarización y promover la sustentabilidad como la tercera vía, de la cual el Movev es abanderado.

Enfrentar los retos del desarrollo sostenible no consiste sólo en cuestionar nuestros patrones y prioridades de vida: también es poner en tela de juicio los valores básicos y el funcionamiento de los grupos más poderosos en todo el mundo. Para esta tarea es preciso entender los problemas y plantear soluciones. Educar para avanzar hacia la sostenibilidad es cuestionar todo y sembrar desde la escuela una semilla de optimismo en la sociedad.

El desarrollo sostenible no es una meta: es un proceso que tendrá que abarcar a todos, un camino que tendremos que recorrer juntos para que la humanidad tenga la opción de perdurar. El diagnóstico revela que las crisis derivan de los avances del proyecto civilizatorio de moda: avances en la tecnología; aumentos en la producción y en la integración nacional e internacional y en sus secuelas, como pueden serlo la polarización social con un aumento inaceptable de pobres y la profundización de su tragedia; la escasez de servicios básicos; la destrucción y la degradación del ambiente, bosques y selva, océanos y ríos, y los demás ecosistemas que albergan la vida y los medios para mantenernos en el planeta. Es evidente la necesidad de modificar el actual modelo de desarrollo. Ayúdanos a reiventar uno mejor.

Desafíos mundiales y cuestiones apremiantes

Luego de un receso obligado, en virtud de la organización del 1er. Congreso venezolano de Ecología Social, retomo la tarea de comunicarme por medio de esta herramienta que me permite transmitir asuntos de interés general, que motivan siempre un cambio de actitud hacia lo positivo. Hacer frente al doble desafío: Los “empleos verdes” se han convertido en una especie de emblema de una economía y sociedad más sostenible, capaz de conservar el medio ambiente para las generaciones presentes y futuras, más equitativa y abierta a todas las personas y a todos los países. Los empleos verdes permiten concebir la esperanza de que la humanidad podrá hacer frente a dos de los desafíos determinantes del siglo XXI: 1.-Evitar un cambio climático peligroso y potencialmente inmanejable y proteger el medio ambiente natural que sustenta la vida en la Tierra, y 2.-Ofrecer trabajo decente y, de esa manera, una perspectiva de bienestar y dignidad para todos, a medida que la población mundial continúa aumentando, mientras que más de mil millones de personas se ven excluidas del desarrollo económico y social. Estos dos desafíos están estrechamente vinculados y no se pueden abordar por separado. Los empleos verdes son la clave para hacer frente a ambos desafíos simultáneamente. La degradación ambiental, en que se incluye la contaminación del agua, la tierra y el aire, la pérdida irreversible de biodiversidad, el deterioro y agotamiento de los recursos naturales como el agua, la tierra agrícola fértil y los peces es una de las más graves amenazas para el desarrollo económico y sostenible en términos más generales. Los costos ambientales y sanitarios superan ya muchas veces los beneficios de la actividad económica que provoca el daño. Esta situación se agravará en el futuro por los impactos del cambio climático, que se dejan ya sentir en muchos países en desarrollo. A mediano y largo plazo, el cambio climático previsto provocará una grave perturbación de la actividad económica y social en muchos sectores de todos los continentes. Los escenarios científicos para evitar un cambio climático peligroso y posiblemente inmanejable prevén que las emisiones de gases de efecto invernadero alcancen un máximo en los próximos 10-15 años y luego disminuyan a la mitad hasta mediados de siglo. Para estabilizar el clima se necesitará una transición rápida hacia una economía mundial, con baja emisión de carbono. El desafío social es igualmente amenazador: nada menos que 1.300 millones de personas, más del 40% de la mano de obra mundial, y sus familiares a cargo están condenadas a una existencia de pobreza e inseguridad porque sus ingresos son demasiado bajos y se ven relegadas a la economía informal. Hay 190 millones de desempleados y decenas de millones de jóvenes en busca de empleo que no pueden encontrar un lugar en la sociedad. Los mercados de trabajo son imprescindibles no sólo para la producción y la generación de riqueza sino también para su distribución. Los ingresos resultantes del trabajo desempeñan un papel primordial en la reducción de la pobreza y en la distribución de los beneficios del crecimiento económico. Más allá de su función económica fundamental para los países, empresas, familias e individuos, el trabajo permite a las personas establecer su propia identidad, participar en la sociedad y contribuir a ella. El empleo remunerado y el trabajo decente son, por lo tanto, fundamentales para la cohesión social y la estabilidad. Debo confesar que la amenaza del empobrecimiento acelerado me hizo emigrar con mi familia de mi estado natal, cambiando el escenario de la lucha a través del Movimiento Ecológico de Venezuela y la Asociación Civil “Brújula Ecológica”.

De la ciudadanía incompleta a la eco ciudadanía

No hay dudas de que el 2010 llegó con enormes expectativas y grandes presagios, tanto en lo individual como en lo colectivo. La discusión sobre ciudadanía estuvo desatendida durante muchos años, hasta que retomó un primer plano tanto en los países industrializados como en América Latina (Kimlicka Y Norman, 1997). Se anunció el “retorno del ciudadano”, potenciado al calor del proceso de redemocratización en muchos países de América Latina que tuvo lugar desde mediados de la década de 1980. Por un lado, creció el interés sobre los derechos civiles y sus contrapartes políticas, referidos a la necesidad de potenciar regímenes democráticos, y, por el otro lado, la idea de derechos sociales generó muchas discusiones políticas. Desde las corrientes neoliberales se defendía un cierto tipo de individualismo ciudadano frente a las intervenciones del Estado, mientras que desde las corrientes de izquierda se invocaba la ciudadanía en cuestiones como los derechos humanos, condiciones básicas de la calidad de vida en educación, salud, vivienda, alimentación, etcétera. Se hizo evidente que el ejercicio de la ciudadanía en América Latina, tanto en sus concepciones convencionales descritas por Marshall (1965), como en otras más complejas, padecía de importantes deficiencias y en algunos casos simplemente no existía. Esto explica las alusiones a conceptos como ciudadanía de “baja intensidad”, “subordinadas” o “incompletas”. En la dimensión ambiental la situación también era dramática en varios países, donde no se contaba con una buena normativa, o bien simplemente no se cumplen las normas, como sucede en Venezuela. Durante las décadas de 1980 y 1990, en América Latina se intentó incorporar la dimensión ambiental en ese contexto de ciudadanías incompletas o recortadas. Las reformas de mercado y los sucesivos gobiernos de vocación neoliberal que se sucedieron en esos años desembocaron en el debilitamiento de la cobertura ciudadana. Mientras se mantienen algunos aspectos formales de las democracias liberales, especialmente la competencia electoral, el mercado logró conquistar un gran protagonismo. Se desembocó como en nuestro caso, en las “ciudadanías de baja intensidad”, donde se debilitaban aspectos como los derechos humanos de tercera generación (incluyendo sus componentes ambientales), pero también su cobertura jurídica, o el mantenimiento de espacios colectivos, independientes, y basados en la solidaridad. En la última década retrocedimos al menos cinco, respecto de conquistas ya alcanzadas. La invocación a la ciudadanía en la política y gestión ambiental están cobrando enorme importancia en Venezuela y América Latina. Esa relevancia se expresa de diversas maneras, que van desde el análisis sobre las fortalezas y debilidades ciudadanas en la temática ambiental, a la dinámica impuesta por conflictos sociales enfocados en temas ambientales. Es así que, tarde o temprano, tiene lugar un debate sobre cómo se incorporan (o no) los aspectos ambientales en el ejercicio de la ciudadanía. De allí que celebramos el surgimiento del Movimiento Ecológico de Venezuela como la primera referencia político-ecológica a mediados del 2008 y el nacimiento de la Asociación Civil “Brújula Ecológica” en el 2009, cumpliendo su primer objetivo, realizar al final de ese mismo año el 1er. Congreso venezolano de Ecología Social, que introduce a nuestro país, en el gran debate necesario, que se plantea a nivel planetario. Si bien en el seno de las ciencias sociales y políticas han proliferado los análisis sobre la ciudadanía, prevalecen las perspectivas tradicionales donde no se incorpora la temática ambiental. Es importante mantener y profundizar los abordajes de ciudadanía clásicos basados en derechos ambientales, pero a la vez aceptar, alentar y fortalecer otras posturas alternativas que se originan desde muy diversos actores, configurando meta ciudadanías ecológicas que defienden otras perspectivas éticas, culturales y políticas. Para el presente año cumpliremos una intensa agenda, que incluye entre otras cosas la regionalización del Movev y de Brújula Ecológica, en el marco de nuestro plan de acción socio político y educativo de proyección de la ideología “verde”, con miras a establecer un puente que permita unir a los venezolanos en el proyecto de reconstrucción post Chávez, lo cual implica, más que unidad de “cogollos” partidistas e ideologías, la integración de ideas, planes y proyectos por parte de todos los sectores involucrados. ¡Bienvenido 2010!